18 febrero 2011

Estudiando el río

Vista desde el puente
Cada año, por estas fechas, el río torna sus aguas, volviéndose claras. El fenómeno se debe a la disminución de aguas pluviales, que mueven aguas de escorrentía arrastrando arcillas, y al aporte de aguas de deshielo. A esto se añade el bajo nivel del río que hace que se pueda ver el fondo del cauce en gran parte de la zona de navegación.
Tres tudelanos. Color agua habitual, marrón. 
Nosotros aprovechamos para estudiar las "trampas". Nos referimos a hacer un mapa de dónde está el tronco o rama que casi emerge a la superficie, pero se queda a unos centímetros de ésta o la piedra cercana a la orilla por dónde pasamos a menudo etc.
Estos objetos, con la poca trasparencia habitual de agua, quedan escondidos y es probable que pasemos cerca de ellos y demos una palada justo encima. A quien le haya pasado esto alguna vez, sabrá que es fácil ir al agua por este motivo, en invierno sería un serio problema.
Cada año estos objetos cambian y hay que estar alerta de lo que tenemos debajo de nuestro casco, creo que es una buena dedicación en aras de evitar sustos.
Por otro lado sorprende, con la anchura que tiene el tramo de Ebro por Tudela, lo poco que cubre en algunas zonas alejadas de la orilla. Suelo controlar el ritmo, y coincide que cuando empiezo a ver el fondo, el agua se vuelve más dura y el ritmo cambia debido al aumento de la corriente. Observaciones que hace uno aburrido de dar paladas, sin más.
RV